GJ 251 c: una nueva super-Tierra a solo 18 años luz

Tras miles de exoplanetas descubiertos, cada nueva “super-Tierra” en la zona habitable recibe una atención especial. El candidato más reciente llega desde la dirección de la constelación de Géminis: el planeta GJ 251 c, una versión más masiva de la Tierra que orbita una enana roja cercana a unos 18 años luz de distancia.

Lo que hace que este planeta sea especialmente interesante es la combinación de tres factores:
se encuentra en la zona de agua líquida, probablemente tiene una masa rocosa (terrestre), y está lo bastante cerca como para que la próxima generación de telescopios pueda observarlo directamente e incluso estudiar su atmósfera.

Ilustración de la super-Tierra GJ 251 c alrededor de una enana roja


¿Qué sabemos sobre GJ 251 c?

La estrella GJ 251 (también conocida como Gliese 251) es una enana roja de tipo M3V situada en la constelación de Géminis. Es mucho más fría y tenue que el Sol —emite solo alrededor del 1,5 % de su luz—, por lo que su zona habitable se encuentra mucho más cerca de la estrella.

El nuevo estudio muestra que:

  • GJ 251 c pertenece a la categoría de super-Tierras, con una masa mínima de unas cuatro masas terrestres;
  • completa una órbita en unos 54 días, lo que corresponde a la duración de su “año”;
  • se encuentra dentro de la zona habitable, donde la temperatura podría permitir la existencia de agua líquida en la superficie, siempre que exista una atmósfera con la composición adecuada.

En el mismo sistema ya se conocía el planeta interior GJ 251 b, también una super-Tierra, pero mucho más cercano a la estrella y probablemente demasiado caliente para la vida tal como la conocemos.


¿Cómo se descubrió el planeta?

A diferencia de las espectaculares caídas de brillo que registran misiones como TESS, GJ 251 c se descubrió mediante el método de la velocidad radial. En resumen:

  • los instrumentos Habitable-zone Planet Finder (HPF) y NEID miden con gran precisión pequeños desplazamientos en el espectro de la estrella;
  • a medida que el planeta orbita, su gravedad hace que la estrella se “bambolee” ligeramente hacia adelante y hacia atrás;
  • esto produce desplazamientos rítmicos en la longitud de onda (efecto Doppler) que los espectrógrafos sensibles pueden detectar.

El equipo combinó nuevas mediciones de HPF y NEID con datos de archivo de varios observatorios, lo que les permitió:

  • refinar los parámetros del planeta interior GJ 251 b,
  • y aislar una señal adicional, más lenta, que corresponde exactamente a la órbita de GJ 251 c en la zona habitable.

Este tipo de detección requiere años de observaciones pacientes, ya que los cambios en la velocidad de la estrella son del orden de solo unos pocos metros por segundo, comparables a la velocidad de una persona caminando.


¿Es GJ 251 c realmente habitable?

La gran pregunta, por supuesto, es: ¿podría haber vida allí? La respuesta honesta es que todavía no lo sabemos, pero hay algunos motivos para el optimismo y varios “peros” importantes.

Puntos a favor:

  • el planeta es probablemente rocoso, y no un mini-Neptuno gaseoso;
  • se encuentra en la zona de agua líquida, por lo que, con una atmósfera adecuada, podría mantener agua en la superficie;
  • la estrella GJ 251 es una enana roja relativamente tranquila, y GJ 251 c orbita algo más lejos que muchas otras exoplanetas “habitables” alrededor de estrellas M, lo que reduce el riesgo de radiación extrema y fulguraciones violentas.

Por otro lado, quedan abiertas varias cuestiones clave:

  • ¿cuál es la composición exacta de su atmósfera (si es que tiene una)?
  • ¿posee el planeta un campo magnético lo bastante intenso como para proteger la superficie del viento estelar?
  • ¿cuál es la temperatura real de la superficie teniendo en cuenta el efecto invernadero (mundo seco, helado o un planeta oceánico)?

Sin respuestas a estas preguntas solo podemos decir que GJ 251 c es “potencialmente habitable”, no que tenga realmente condiciones similares a las de la Tierra.


¿Por qué es tan importante este descubrimiento?

Lo que diferencia a GJ 251 c de muchos otros candidatos es su proximidad y su idoneidad para observaciones futuras:

  • la estrella GJ 251 está a solo 5,5 pársecs (unos 18 años luz), es decir, en nuestro vecindario cósmico;
  • el sistema es un objetivo excelente para los telescopios de próxima generación de 30 metros o más (ELT, TMT, GMT), que podrían intentar la imagen directa del planeta;
  • con instrumentos suficientemente sensibles, los astrónomos podrían analizar la composición de su atmósfera, buscar vapor de agua y dióxido de carbono e incluso posibles biofirmas, como combinaciones de oxígeno y metano.

Desde el punto de vista científico, GJ 251 c es un “objetivo dorado”: un planeta para el que es realista esperar que en las próximas décadas obtengamos datos concretos, y no solo una masa mínima y un periodo orbital.


¿Qué nos dice GJ 251 c sobre las probabilidades de vida en el cosmos?

Incluso si GJ 251 c resulta ser un mundo seco, frío o demasiado caliente, el simple hecho de que:

  • haya planetas rocosos en la zona habitable tan cerca de nosotros,
  • y que ahora los estemos encontrando casi de forma rutinaria,

sugiere que la Tierra probablemente no es una excepción estadística. Con cada nueva super-Tierra en la zona habitable aumenta la probabilidad de que, en algún lugar, exista un mundo donde la química haya dado un paso más, hasta llegar a la biología.

Para los astrónomos, GJ 251 c es un banco de pruebas para las tecnologías de imagen directa y caracterización de atmósferas. Para quienes seguimos el espacio, es otro recordatorio de que no hace falta mirar a miles de millones de años luz para buscar vida: basta con escuchar con atención a nuestro vecindario cósmico ampliado.


Conclusión

GJ 251 c es mucho más que otra línea en un catálogo de exoplanetas. Es:

  • una super-Tierra en la zona habitable,
  • en un sistema lo suficientemente cercano como para que la próxima generación de telescopios pueda estudiarlo directamente,
  • y uno de los mejores candidatos hasta ahora en la búsqueda de mundos potencialmente habitables.

En los próximos años, es probable que los informes de los grandes telescopios vuelvan una y otra vez a este nombre. Y en InfoHelm Tech seguiremos cada nueva pista: desde los primeros intentos de imagen directa hasta cualquier posible indicio de que esta super-Tierra no sea, después de todo, un mundo completamente desierto.

Descargo de responsabilidad: Este artículo tiene carácter informativo y no constituye consenso científico ni ningún tipo de asesoramiento financiero o de inversión.