Micron invertirá 9.600 millones de dólares en una planta de memoria para IA en Japón

La carrera por el dominio en inteligencia artificial ya no se libra solo con GPU y aceleradores, sino también con la memoria. El fabricante estadounidense de chips Micron ha anunciado una inversión de alrededor de 1,5 billones de yenes (~9.600 millones de dólares) en una nueva planta en Hiroshima, dedicada a chips de HBM (High-Bandwidth Memory) que alimentan servidores y centros de datos de IA.

Japón planea apoyar el proyecto con subvenciones de hasta 500.000 millones de yenes, y se espera que los primeros chips lleguen alrededor de 2028. Con ello, Micron entra directamente en el ring con los gigantes surcoreanos SK Hynix y Samsung, que actualmente controlan la mayor parte del mercado de HBM.

Fábrica de chips con elementos de IA estilizados


¿Qué ha anunciado exactamente Micron?

Según los informes desde Japón, el plan se ve más o menos así:

  • Ubicación: la nueva fábrica de HBM se construirá dentro del complejo que Micron ya tiene en Hiroshima;
  • Enfoque de producción: módulos avanzados de HBM que se utilizan en las GPU y aceleradores de IA más recientes;
  • Calendario: inicio de la construcción en mayo del próximo año, con aumento de capacidad y primeros envíos alrededor de 2028;
  • Apoyo público: el Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI) planea subvenciones de hasta 500.000 millones de yenes a través de programas de apoyo a fábricas estratégicas;
  • Objetivo estratégico: reforzar la cadena de suministro doméstica de Japón y reducir la dependencia de Taiwán y otros cuellos de botella en Asia.

Para Micron, que tradicionalmente se ha apoyado en DRAM y NAND para PC y móviles, es una señal clara de que la memoria para IA pasa al centro de su estrategia de negocio.


¿Por qué la memoria HBM es tan crucial para la IA?

Cuando hablamos de ChatGPT, modelos de imagen o analítica de vídeo, la mayoría menciona primero las GPU de Nvidia o aceleradores específicos de IA. Pero, en la práctica, el cuello de botella es cada vez más el ancho de banda de memoria.

La HBM (High-Bandwidth Memory) apila varios chips de memoria verticalmente en una especie de “torre” y los conecta con buses ultra anchos. El resultado:

  • un ancho de banda mucho mayor en comparación con la memoria DDR/GDDR clásica,
  • menor consumo de energía por bit,
  • menor huella física en el encapsulado del chip.

Por eso, las tarjetas de IA “serias” – desde Nvidia y AMD hasta distintos ASIC especializados – usan HBM como memoria estándar. Los analistas esperan que el mercado de HBM crezca en torno a un 30% anual hasta 2030, con un valor total que podría alcanzar decenas de miles de millones de dólares al año.

Hasta ahora, SK Hynix ha tenido una cuota dominante en los envíos de HBM, con Samsung también muy presente. La entrada de Micron con una enorme fábrica en Japón implica más competencia y una cadena de suministro más diversificada.


La «renacimiento» de los semiconductores japoneses

El proyecto de Micron no es un movimiento aislado, sino parte de la estrategia más amplia de Tokio para devolver a Japón su peso como potencia de semiconductores.

En los últimos años, Japón ha:

  • subvencionado la fábrica de TSMC en Kumamoto, que ya produce chips para automoción e industria;
  • lanzado el proyecto Rapidus con el objetivo de producir en masa chips de 2 nm a finales de la década, con varios miles de millones de dólares en apoyo estatal;
  • atraído a actores internacionales (Micron, IBM y grandes conglomerados locales) para construir fábricas punteras, no solo producción “legacy”.

Los objetivos son claros:

  1. Reducir el riesgo derivado de depender demasiado de una sola región (especialmente Taiwán y Corea del Sur);
  2. Crear una base doméstica para chips críticos en IA, automoción y defensa;
  3. Devolver a Japón al mapa como un centro importante de fabricación de chips tras décadas de declive frente a Corea y Taiwán.

La planta de HBM de Micron encaja perfectamente en esa estrategia: se centra en el segmento de memoria de más rápido crecimiento y mayor margen.


¿Qué significa esto para la IA, las GPU y la carrera geopolítica?

A primera vista, esta noticia puede sonar como “otra fábrica más”. Pero cuando hablamos de HBM, la historia es bastante más grande:

  • Aliviar un cuello de botella clave: hoy, los módulos HBM son a menudo una limitación mayor para el suministro de GPU que los propios chips de cómputo. La nueva capacidad en Japón podría aliviar parte de esa presión.
  • Desafiar a SK Hynix: la empresa surcoreana disfruta de una cuota enorme en el segmento HBM; un Micron más fuerte ofrece a compradores como Nvidia, AMD y los grandes proveedores cloud más poder de negociación.
  • Geopolítica y diversificación: fábricas en Japón – junto a nuevos proyectos en EE. UU. y Europa – forman parte de un esfuerzo global para reequilibrar la producción de chips y reducir la dependencia de un solo país o estrecho.
  • Riesgo de “burbuja de IA”: a pesar de las previsiones optimistas, algunos analistas advierten que los primeros signos de un posible frenazo en la IA probablemente se verían en las empresas asiáticas de memoria y foundry. Si la demanda de HBM se enfría de golpe, las megafábricas nuevas corren el riesgo de infrautilización y costes enormes.

Por ahora, sin embargo, todo indica que la demanda de IA sigue acelerándose, y los fabricantes de chips corren para subirse a la ola.


¿Cómo afectará esto al usuario de a pie?

Para usuarios finales y pequeños equipos, este anuncio no cambiará el día a día de inmediato, pero tendrá efectos indirectos:

  • potencialmente más servidores de IA y capacidad en la nube a partir de 2028, cuando la nueva producción esté a pleno rendimiento;
  • una competencia más fuerte en HBM podría, con el tiempo, reducir el coste de la infraestructura y, por extensión, abaratar los servicios de IA;
  • un papel más fuerte de Japón en chips de IA se traduce en más alianzas, proyectos de investigación y un ecosistema de startups más activo en la región.

Hasta entonces, el movimiento de Micron es otro recordatorio de que la IA ya no es solo una historia de software. El futuro se está decidiendo en fábricas de chips, bajo trajes de sala limpia y con programas de subvenciones públicas de miles de millones de dólares.


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