China en la carrera de la IA 2025: Kimi, Doubao, Qwen3 y la prohibición de chips extranjeros
Si hace unos años alguien preguntaba “¿dónde está China en la historia de ChatGPT?”, la respuesta habría sido: por detrás. Hoy la respuesta es mucho más complicada. Grandes actores como Alibaba, Baidu, ByteDance y Tencent han construido sus propios modelos generativos, aplicaciones locales tipo “ChatGPT” y todo un ecosistema de IA paralelo que crece dentro de China, pero que cada vez influye más en el resto del mundo.
Al mismo tiempo, Pekín está tomando decisiones geopolíticas de gran calado:
- prohíbe los chips de IA extranjeros en centros de datos financiados por el Estado;
- endurece los controles sobre la exportación de materiales y tecnologías estratégicas;
- mientras funcionarios estadounidenses advierten de que China podría estar ya adelantando a Estados Unidos en algunas áreas de la IA.
Este artículo es un repaso a la posición de China en la carrera de la IA en 2025 y por qué eso debería interesar a cualquiera que siga la tecnología global, desde pequeños desarrolladores hasta grandes inversores.

Modelos chinos: Kimi, Qwen3, Doubao, Yuanbao y DeepSeek
Las empresas chinas de IA no se rindieron tras el impacto inicial de ChatGPT; al contrario, en los últimos dos años han lanzado toda una oleada de modelos y aplicaciones:
- Qwen3 (Alibaba): un modelo de tercera generación más eficiente que tiene aproximadamente una cuarta parte del tamaño de los mayores modelos occidentales, pero con un rendimiento muy cercano. Un modelo más pequeño implica menores costes por token y un despliegue más sencillo en productos reales.
- Kimi K2 (Moonshot AI): uno de los modelos open source más grandes que han salido de China, planteado como respuesta a los “foundation models” occidentales. El objetivo es dotar al ecosistema chino de un modelo base potente que las empresas locales puedan adaptar a sus propias necesidades.
- Doubao (ByteDance, propietario de TikTok) y Yuanbao (Tencent): aplicaciones y agregadores populares donde el usuario puede elegir entre distintos modelos (incluido DeepSeek), con una interfaz más cercana a una super-app que a una simple ventana de chat.
- DeepSeek: menos conocido en Occidente, pero en China a menudo descrito como uno de los modelos técnicamente más avanzados, especialmente cuando se aloja en la nube VolcEngine de ByteDance.
Para un usuario típico en China, la experiencia a menudo no es “entra en una web como ChatGPT”, sino “abre una super-app” (WeChat, Douyin/TikTok, Doubao…) y utiliza la IA como una función más dentro de un ecosistema ya existente: chat, vídeo, compras, pagos… todo bajo el mismo techo.
Regulación y censura: IA dentro de los muros
Una gran diferencia respecto a Occidente es que la IA generativa en China opera bajo:
- estrictas “medidas provisionales” sobre contenido generativo,
- una fuerte censura de temas sensibles (política, historia, cuestiones sociales),
- la obligación de que los modelos respeten los “valores socialistas” y la “armonía social”.
Modelos como:
- ERNIE (Baidu),
- Qwen (Alibaba),
- Doubao (ByteDance),
- Kimi (Moonshot),
tienen que filtrar sus respuestas para no cruzar la línea de lo que el Estado considera aceptable. Esto afecta a:
- la performance: el modelo no solo debe “pensar” qué es cierto, sino también qué es políticamente permisible;
- la apertura: muchas API y versiones open source vienen con restricciones adicionales;
- la fiabilidad: las respuestas sobre temas sensibles pueden ser selectivas o estar fuertemente “esterilizadas”.
En otras palabras, el ecosistema de IA chino es cada vez más fuerte en lo técnico, pero ideológicamente restringido; algo que reduce su atractivo global y, al mismo tiempo, lo hace extremadamente optimizado para el mercado doméstico.
Chips de IA: prohibición de GPU extranjeras en centros de datos estatales
En el plano del hardware está ocurriendo algo quizá aún más relevante: Pekín prohíbe el uso de chips de IA extranjeros en centros de datos financiados por el Estado. Esto golpea directamente a fabricantes estadounidenses como:
- Nvidia,
- AMD,
- Intel,
cuyas GPU han sido hasta ahora la opción por defecto para entrenamiento e inferencia en IA.
Los objetivos de China son claros:
- reducir su dependencia de tecnologías estadounidenses;
- acelerar el desarrollo de aceleradores de IA domésticos;
- proteger su infraestructura crítica ante la posibilidad de un “apagón” provocado por sanciones o nuevos controles de exportación.
En paralelo, China:
- endurece los controles de exportación de tierras raras y algunos imanes;
- envía la señal de que puede contraatacar a Occidente precisamente en el terreno de las materias primas y componentes clave para chips y motores eléctricos.
El resultado es una creciente brecha entre tecnología y geopolítica: mientras Estados Unidos intenta limitar el acceso de China a los chips más avanzados, China intenta demostrar que puede construir los suyos propios y, al mismo tiempo, ejercer presión sobre Occidente mediante el control de materiales clave.
Nerviosismo en Estados Unidos: “Puede que ya vayan por delante”
En el escenario político estadounidense crece la preocupación de que China no solo esté recortando distancias, sino que en algunos segmentos de la IA ya vaya por delante:
- algunos miembros del Congreso afirman abiertamente que China lidera en ciertos chips de IA y aplicaciones estratégicas;
- los servicios de inteligencia advierten del riesgo de que la IA y los chips chinos se utilicen en operaciones militares y cibernéticas;
- al mismo tiempo, las empresas estadounidenses (Nvidia, Big Tech) tienen un fuerte interés en seguir haciendo negocios en China, aunque sea bajo un régimen de restricciones.
La imagen es contradictoria:
- por un lado, EE. UU. intenta ralentizar el avance chino mediante controles de exportación y limitaciones;
- por otro, los mercados globales y los inversores están canalizando cada vez más dinero hacia la IA en China, un país con cientos de millones de usuarios, costes de producción más bajos y un sólido apoyo estatal.
Conclusión: un mundo de IA paralelo que no conviene subestimar
Cuando desde Estados Unidos se pregunta “¿hasta dónde ha llegado realmente China en IA?”, la respuesta honesta en 2025 es:
- en términos de potencia bruta de modelo e innovación, China ya no es un rezagado; está construyendo un mundo de IA paralelo con sus propios gigantes, modelos open source y un ecosistema de super-apps;
- en términos de libertad de expresión y apertura de datos, China sigue limitada por marcos regulatorios e ideológicos que alejan a muchos usuarios y desarrolladores globales;
- en términos de chips e infraestructura, Pekín impulsa con fuerza la autosuficiencia, mientras Occidente se preocupa cada vez más de que la IA y el hardware chinos se conviertan en competidores globales, y no solo en clientes.
Para los lectores de InfoHelm Tech la conclusión es clara: la carrera de la IA ya no es solo una historia de “OpenAI vs Google vs xAI”. Hay todo un bloque chino en juego, con sus propias reglas, restricciones y ambiciones.
Cuanto antes entendamos cómo funciona ese ecosistema paralelo —quiénes son los principales actores, qué modelos marcan realmente la diferencia y cómo los moldea la regulación china— mejor podremos ver hacia dónde se dirige la IA global y en qué tipo de mundo podríamos estar viviendo dentro de 5 a 10 años.
Disclaimer: Este artículo tiene carácter informativo y no constituye asesoramiento de inversión, geopolítico ni ningún otro tipo de consejo profesional.






