Paris Fashion Week: cuando un robot humanoide se convierte en modelo
París está acostumbrado a los “stunts” de moda: vestidos creados con aerosol en vivo sobre la pasarela, cabezas de animales falsas, horror couture con sangre falsa. Pero esta temporada, el “modelo” más fotografiado de la Paris Fashion Week no fue humano, sino un robot humanoide.
El robot chino N2, desarrollado por Noetix Robotics de Pekín, desfiló en un edificio de la UNESCO en París con chaleco y perlas, y se volvió viral como símbolo de lo que viene en la frontera entre moda, robótica e IA.
Para las casas de moda es el imán perfecto para captar atención. Para la industria de la robótica, un experimento mucho más serio.

¿Quién es N2 y cómo terminó en la pasarela?
N2 es un robot humanoide de unos 115 cm de altura, con proporciones “humanas” y movimientos que se parecen más a los de una modelo principiante e insegura que a los de un Terminator. Noetix ya lo había mostrado en China, pero este fue el primer desfile de este tipo de robot fuera de China.
Originalmente, N2 debía aparecer en la colección de un diseñador chino, pero la colaboración se cayó a último momento por desacuerdos financieros. En su lugar, el robot desfiló con tres outfits comprados en una tienda vintage local, frente a periodistas e invitados, y también hizo pequeñas acrobacias para los transeúntes en las calles de París.
El CEO de Noetix, Jiang Zheyuan, lo resume así: los robots humanoides se parecen a las personas, así que colaborar con la moda puede “encender la imaginación” y crear nuevas formas de espectáculo e interacción entre humanos y máquinas.
La moda ama el espectáculo… y la robótica necesita atención
La Paris Fashion Week lleva décadas siendo un campo de pruebas para trucos tecnológicos:
- En 1999, Alexander McQueen usó robots industriales para pintar con aerosol un vestido en vivo sobre una modelo.
- En 2010, la Tokyo Fashion Week se inauguró con la modelo humanoide HRP-4C, un robot con rostro similar al de una estrella del J-pop.
- En 2023, la marca Coperni llevó perros robot a la pasarela junto con modelos humanos.
N2 encaja perfectamente en esa tradición: una mezcla del efecto «wow, ¿qué es esto?» para el público y la oportunidad para las marcas de demostrar que están “un paso por delante”.
Pero, desde el punto de vista de la industria robótica, estas apariciones tienen otro objetivo: recoger datos y acostumbrar al público a la idea de que los robots no son solo brazos de fábrica, sino también participantes en el mundo del estilo de vida y el entretenimiento.
Una carrera por los robots humanoides valorada en billones
Detrás del simpático robot con chaleco y perlas hay números muy serios. Las estimaciones apuntan a que el mercado de la robótica humanoide podría valer alrededor de 5 billones de dólares hacia 2050.
En esa carrera, China está empujando con más fuerza:
- un enorme mercado interno,
- un ecosistema maduro de chips, sensores y baterías,
- y un fuerte apoyo estatal, con grandes fondos dedicados a IA y robótica.
Solo en el último año, más de treinta empresas chinas presentaron varias decenas de modelos humanoides, mientras que los fabricantes estadounidenses mostraron bastantes menos.
En otras palabras: N2 puede parecer un truco para Instagram, pero en realidad es una vitrina para una industria que quiere salir de los laboratorios y de los videos de demostración para entrar en el mundo real: fábricas, tiendas, hoteles y, por supuesto, pasarelas de moda.
“Embodied AI”: por qué la pasarela es un laboratorio secreto
Uno de los grandes problemas de la robótica actual es que los robots todavía no son muy útiles en las tareas cotidianas. Sí, pueden correr, saltar, bailar e incluso completar una media maratón, pero si les pides que te preparen un café o doblen ropa en una tienda, los humanos siguen ganando.
Una razón clave es la falta de datos en 3D.
- Modelos como ChatGPT aprenden del mundo “2D”: texto, imágenes, audio.
- Los robots humanoides tienen que aprender a moverse, equilibrarse y reaccionar ante obstáculos y personas en un espacio físico real: eso es la IA encarnada (embodied AI), la IA dentro de un cuerpo.
Para aprender esas habilidades, los robots necesitan incontables escenarios en entornos reales. Por eso algunas empresas ya tienen robots que pasan más de 10–15 horas al día repitiendo las mismas tareas: reponer estanterías, doblar ropa, servir té… solo para generar una enorme base de datos de movimientos.
La moda ofrece algo distinto:
- pasarelas, bastidores, boutiques y probadores son entornos visualmente ricos y dinámicos,
- las marcas están dispuestas a pagar por “maniquíes inteligentes” y modelos robóticos con tal de llamar la atención,
- cada desfile o escaparate se convierte en una nueva fuente de datos 3D sobre el movimiento del robot, las reacciones del público y la interacción con las personas.
Para las empresas tecnológicas es un gana-gana: visibilidad y datos al mismo tiempo.
¿Qué tan cerca estamos de tener “modelos robot”?
Conviene mantener los pies en la tierra.
N2 puede hacer volteretas y acrobacias, pero tiene problemas con las escaleras, así que en París tuvo que permanecer en un solo nivel del recinto.
Las previsiones indican que, en los próximos años, solo se venderán unas decenas de miles de robots humanoides en todo el mundo, una cifra minúscula comparada con los miles de millones de teléfonos inteligentes.
En otras palabras:
- no estamos a un paso de que los robots sustituyan a todas las modelos humanas,
- pero sí hemos entrado en una fase en la que resulta normal ver un robot en el escenario, junto a influencers, estrellas de TikTok y modelos profesionales.
Conclusión: ¿truco para Instagram o vistazo al futuro?
Puedes ver la aparición de N2 en la pasarela de dos maneras:
- Como otro truco de moda, algo que genera clics e historias y luego se pierde en el mar de momentos virales.
- Como una señal temprana de que los robots humanoides aparecerán cada vez más en ámbitos que asociamos con el estilo de vida, el entretenimiento y la cultura, y no solo con fábricas y almacenes.
La verdad probablemente esté en algún punto intermedio.
Por ahora, los robots humanoides se parecen más a intérpretes caros y algo torpes que a un sustituto serio del trabajo humano. Pero a medida que la industria corre hacia un mercado de billones de dólares, la gente se irá acostumbrando a ver robots en la pasarela, en los cafés o en la caja del supermercado.
Lo que sí parece seguro es que la Paris Fashion Week ya nunca será “solo” sobre modelos humanas.






